Día Internacional de la Alfabetización: La COVID-19 puso al descubierto la fractura digital que persiste en conectividad, infraestructura y capacidades para usar la tecnología.
Redacción: Denis Aguilar
Edición: Oneida Rodas y Celso Solano
Fotografías: Celso Solano
Fecha: 8 de septiembre de 2021
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) propone para conmemorar el Día Internacional de la Alfabetización, que se celebra cada 8 de septiembre, que en 2021 el tema sea: “Alfabetización para una recuperación centrada en las personas: reducir la brecha digital”.
La propuesta del organismo mundial trae a debate la realidad que los procesos de alfabetización atraviesan en el Planeta desde 2020, cuando surgió la pandemia por la COVID-19. que nos vino a encerrar a todos. Los efectos de esta pandemia vinieron a evidenciar la enorme brecha en el acceso a la educación por medio de herramientas digitales.
“La rapidez con que se pasó a un aprendizaje a distancia dejó al descubierto la fractura digital que persiste en términos de conectividad, infraestructura y capacidad para utilizar la tecnología, así como las desigualdades que existen en otros servicios, tales como el acceso a la electricidad, algo que limita las oportunidades de aprendizaje”, señala la UNESCO al explicarnos el por qué del lema este año. (Lea aquí).
En Asociación COMUNICARES coincidimos en que esta visión de la UNESCO se evidencia perfectamente en el plano educativo guatemalteco. El paso obligado de modelos presenciales a plataformas digitales que se dio en 2020 en todos los campos, llevó consigo impactos directos a los procesos de enseñanza-aprendizaje, pues ni el sistema educativo ni la infraestructura del país estaban preparados para tan apresurado cambio.
Es más, año y medio después de estar soportando los efectos de la COVID-19, la brecha digital se acrecienta más, particularmente en las zonas rurales de Guatemala donde la energía eléctrica llega de forma deficiente y la cobertura de Internet es débil o ausente.
Un divorcio total
Para Damián Bautista, director y profesor de la Escuela Oficial Rural Mixta del Caserío Las Arenas, en Sayaxché, Petén, existe un “divorcio total” en Guatemala respecto al uso de las tecnologías digitales para los procesos educativos, lo cual asegura que también afecta a los docentes, ya que estos tampoco cuentan con las capacidades que se requieren para desarrollar las actividades digitales.
Bautista señala que en la escuela que él dirige hay 8 profesores, de los cuales solo 3 pudieron acceder a una herramienta digital para la evaluación de estudiantes, lo cual evidencia la falta de capacitación docente en el ámbito digital.
“Más del 50% no sabe, y estamos hablando de una sola escuela”, dice Bautista, añadiendo que una situación similar o incluso peor, puede estar pasando en otros establecimientos educativos.
Bautista señala que él ha debido asistir a la escuela de manera presencial en algunos momentos pues las posibilidades de contactarse digitalmente son escasas. No está demás indicar que actualmente el municipio de Sayaxché, como la gran mayoría en el país, se encuentra en alerta roja por la pandemia.
El docente agrega que la educación pareciera no ser una prioridad en la comunidad, ya que encuentra resistencia de parte de los padres de familia debido a que les resulta difícil tener acceso a Internet. Incluso han propuesto el uso de WhatsApp como una alternativa, pero “no es simple”, agrega.
Limitada conectividad
Joel Hernández, director del Instituto Nacional de Educación Diversificada (INED) de San Andrés Sajcabajá, del departamento de Quiché, explica que se han encontrado varias dificultades para los procesos educativos, entre las que se encuentra la limitada conectividad a Internet e incluso a otros servicios como la energía eléctrica, ya que hay estudiantes que no cuentan con este servicio en sus hogares.
“Aunado a lo anterior, no hubo una preparación o una orientación docente para el uso de plataformas o herramientas virtuales de aprendizaje y tampoco existen los insumos adecuados virtuales para que los estudiantes accedan a ellos”, señala Hernández.
En ese sentido, el educador explica que se evidencia la problemática actual debido a que no hay recursos para proporcionar equipos de trabajo a profesores y estudiantes, así como otros insumos que sirvan para la educación virtual.
Hernández detalla que han recurrido a WhatsApp, que pese a no ser una herramienta para la educación virtual, ha sido el único recurso al que pueden acceder para continuar con los procesos educativos.
“La brecha digital siempre ha estado presente, pero antes de la pandemia se notaba menos” explica Hernández.
Aportes desde COMUNICARES
Si bien se conmemora el Día Internacional de la Alfabetización por los procesos para aquellas personas que no saben leer y escribir, en COMUNICARES se desarrolla desde 2020 un proceso de Alfabetización Mediática e Informacional -AMI- a fin de desarrollar en jóvenes de las regiones q’eqchi’, achi’, kiche’ y kaqchikel capacidades para navegar por Internet en un mundo virtual plagado de múltiples baches y trampas.
Se busca que este proceso contribuya en los jóvenes a desarrollar capacidades para comprender mensajes completos mediante el análisis y la comparación de diversas fuentes. Se busca, también, que los jóvenes puedan pasar de ser receptores y consumidores de información a un estado en el que estén en capacidad de generar contenidos propios, producto de la comparación y el análisis.
Estamos consientes que esto no hará desaparecer la brecha digital pero estamos seguros que sí contribuye a construir una ruta para reducirla gradualmente.
Según el Censo que se realizó en el año 2018, en Guatemala hay alrededor de 2.3 millones de personas que no pueden leer ni escribir, lo cual es equivalente a un 18.5% del total de la población.
En esta realidad, tal como lo afirma la UNESCO, es fundamental llevar adelante un proceso ordenado de alfabetización pues con esto se garantiza el derecho a la educación, que es un factor determinante en los procesos de desarrollo sostenible.
¿Qué entendemos por Brecha Digital?
Para la UNESCO la brecha digital es “la separación que existe entre las personas (comunidades, estados, países…) que utilizan las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones -TIC- como una parte rutinaria de su vida diaria y aquellas que no tienen acceso a las mismas y que aunque las tengan no saben utilizarlas”; para Julio Cabero Almenara, en su publicación: “Reflexiones sobre la brecha digital y la educación”, la describe como “la ausencia de acceso a la red, y a las diversas herramientas que en ella se encuentran, y a las diferencias que ella origina”.
En su publicación “Internet gratuito para la educación en Guatemala”, Alejandro Quiñonez reflexiona acerca de que “Guatemala es uno de los países más desiguales de América Latina, esto se evidencia en el porcentaje de personas con acceso a Internet. Según el último censo de población, únicamente el 21.3% de la población cuenta con una computadora y apenas el 29% cuenta con acceso a Internet. El 62% de personas utilizan celular; sin embargo, esto no se ha traducido en mayor acceso. Esto en parte, es consecuencia de la estrategia de ventas de las compañías telefónicas que promocionan paquetes gratuitos de redes sociales. Con esto hacen que gran parte de la población opte por esta opción más económica, pero que limita la participación plena en Internet».
Entonces, podemos entender que la brecha digital es la desigualdad en el acceso a Internet y a las tecnologías TIC; y es fácil interpretar que en donde hay desigualdades los derechos no se viven de manera equitativa para todas las personas. Ese es el caso de Guatemala, en donde con la pandemia se ha evidenciado aún más la brecha digital. Un ejemplo son las clases virtuales para alumnos sin dispositivos y sin acceso a Internet; a través de maestros y maestras sin formación en modalidades virtuales para hacer docencia, sin conocimientos en herramientas de gamificación para facilitar espacios de clases más amenas y muchas veces, sin los dispositivos adecuados para realizar su labor.
La alfabetización debe adoptarse como un proceso integral en el que se pueda aprender, más allá de la lectura y la escritura, a mostrar rutas para dar pasos más seguros en la virtualidad, pero al mismo tiempo nos inste a adoptar acciones analizadas y reflexivas, sin llevarnos al ahogo en un mar de sobreinformación o desinformación, que es común en el mundo digital.
1 comentario en “Enseñar en pandemia sin Internet ni dispositivos adecuados es más que un reto”
Excelente